miércoles, 2 de junio de 2010

El nuevo “Templo Mayor” de Torreón.



De buenas a primeras y sin previo aviso nos enteramos que nuestra ciudad pasará a formar parte del grupo de "afortunadas" metrópolis que tienen lo que se conoce popularmente como "Macro plaza".


Súbitamente y sin consulta nos regalan un proyecto que bajo otras circunstancias dominaría la imaginación y las expectativas de gran parte de la población pero que bajo este clima de inseguridad y recesión resulta innecesario por decir lo menos.


La premura con que se han iniciado las obras de demolición y la previa compra de manzanas en un total hermetismo aun y cuando aparentemente no existe un proyecto arquitectónico formal no habla más que de una falta total de planeación y de consenso. Me pregunto cuanto tiempo llevará desarrollar tanto el proyecto arquitectónico como el ejecutivo, sin contar con la necesaria etapa previa de investigación y estudios en el sitio.


Un proyecto de esta envergadura tiene varias connotaciones entre las cuales destaca la del simbolismo. El edificio de la presidencia municipal representa la sede de los poderes legalmente constituidos y debe ser un hito importante para el Centro Histórico en lo particular y para la ciudad en general. De entre la poca información que han puesto a disposición de la ciudadanía podemos deducir al ver los renders o perspectivas (por cierto de muy escasa calidad), que el plan general se orienta a la construcción de una gran plancha de concreto y dominando al fondo una plataforma elevada rematada con un edificio de varios niveles. Al ver esta imagen no me queda más que recordar las reconstrucciones artísticas de lo que fue el Templo Mayor de la gran Tenochtitlan en la capital del país. Parece que no hemos avanzado en nuestra concepción de lo que debe ser la imagen de la sede de los poderes públicos. Este gran espacio totalmente descubierto y su remate nos refieren a una "arquitectura" alejada de las necesidades del ciudadano moderno, como si lo que necesitamos fuera una explanada para grandes concentraciones dedicadas a aclamar al Sumo Sacerdote. Estas imágenes ya deberían estar superadas y este género de proyectos deberían ser más "amigables" con la gente, más accesibles y diseñados para facilitar la convivencia y mejorar el nivel de vida de la población.


Durante mucho tiempo he insistido en que la ciudad tiene muy pocos lugares que valgan la pena para "tomarse la foto" y si este proyecto no se resuelve cuidando representar los valores laguneros mediante la investigación y el análisis de aspectos históricos, culturales, sociales y artísticos de nuestra comunidad, se perderá la oportunidad de crear un ícono que venga a reforzar nuestra muy devaluada identidad.


En otros lugares, este tipo de proyectos se concursan previamente para obtener las mejores ideas y las más creativas. De ahí resultan proyectos exitosos que trascienden los objetivos originales y se convierten en verdaderos atractivos para la ciudad y la región. Lamentablemente aquí no tenemos la cultura de los concursos de ideas y los profesionales de la Arquitectura no somos tomados en cuenta.


Imagen: representación pictórica del Templo Mayor de la Gran Tenochtitlan.