El proceso de construcción de cualquier ciudad, en cualquier parte del planeta es meramente aleatorio y acumulativo. Salvo ejemplos excepcionales como Brasilia en Brasil o Chandigarh en la India que se diseñaron "de un plumazo" la génesis y evolución de todas las ciudades es el resultado de la aportación mayoritariamente anónima de infinidad de personas o grupos movidos por sus muy particulares intereses.
El motor del desarrollo urbano contemporáneo es la especulación inmobiliaria que "moldea" caprichosamente y sin coordinación la forma de la ciudad. Los procesos de planeación urbana institucionales que en la actualidad rigen el desarrollo como el Plan Director de Desarrollo Urbano nos dan una falsa sensación de orden y visión de futuro aunque en la realidad son letra muerta ya que sus lineamientos raramente se aplican.
Actualmente nuestra ciudad y en particular nuestro Centro Histórico enfrentan una "intervención mayor" por parte del gobierno estatal el cual pretende modificar drásticamente una zona que tradicionalmente ha presentado una mezcla de usos urbanos muy diversa entre los cuales destacan los comercios en pequeño, viviendas y algunos equipamientos culturales y educativos como escuelas y el teatro Isauro Martínez. La proporción y escala de este barrio en particular donde se mezclan actividades tan diversas como niños dirigiéndose a la escuela, señoras comprando, vendedores callejeros y personas en diversos trámites burocráticos, sufrirá un fuerte impacto ya que de buenas a primeras se despejaran algunas manzanas para construir el proyecto de la "Gran Plaza" y la Nueva Presidencia Municipal.
Este tipo de proyectos que para una ciudad como la nuestra con una historia tan corta se presentan cada medio siglo, representa un acontecimiento que merece una reflexión profunda. El proceso que se ha seguido para el proyecto y la eventual construcción resulta poco claro. El diseño que se ha mostrado a la sociedad denota una total falta de preparación y resulta mediocre para las aspiraciones de una metrópoli como la nuestra. Torreón, una ciudad con historia de grandes logros y realizaciones en su desarrollo no merece un proyecto tan falto de visión y de simbolismo.
Ante esta realidad me propuse trabajar en una visión muy particular de lo que podría ser el proyecto de una nueva presidencia municipal y sus alrededores, sin las ataduras de un programa y sin seguir ningún lineamiento salvo el de que mi ciudad cuente con un sitio muy emblemático que nos enorgullezca y que sea punto de partida para otras iniciativas de cara al futuro en este nuevo milenio.
Creo firmemente que si seguimos nuestros sueños y apuntamos bien alto en nuestras aspiraciones algún día tendremos una ciudad hermosa y moderna así como una comunidad orgullosa de sus raíces y su identidad.
Enlace al artículo del pasado 24 de Julio, "Es de sabios cambiar de…..proyecto" escrito por Laura Orellana en el diario "El Siglo de Torreón" en donde menciona esta propuesta.
http://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/542901.es-de-sabios-cambiar-de-proyecto.html
Arriba: Algunas imágenes del proyecto presentado por mí en la Universidad Iberoamericana el pasado mes de Junio ante representantes del Gobierno del Estado de Coahuila.