domingo, 18 de abril de 2010

Sostenible Vs. Insostenible



Hace aproximadamente 20 años, apareció el concepto del "desarrollo sostenible" en un documento de las Naciones Unidas titulado "Informe sobre nuestro futuro común" , el cual se puso de moda rápidamente en la literatura oficial de muchas naciones y de muchos organismos tanto públicos como privados. Su inclusión en innumerables propuestas, convenios, planes, etc. de alguna manera dotaba al proponente de una "aura" progresista, de estar comprometido con las mejores causas ecológicas y de protección del medio ambiente. El informe decía que el "desarrollo sostenible es aquel que permite satisfacer nuestras necesidades actuales sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer las suyas."


Si nos tomamos el tiempo de revisar los planes de desarrollo y de crecimiento que nos rigen encontraremos muchas referencias al término "desarrollo sostenible". Si releemos los compromisos de campaña y los programas de gobierno de la mayoría de nuestros políticos volvemos a encontrar el término ligado a un sinnúmero de buenos deseos para mejorar la vida de la gente.


Si nos diéramos a la tarea de preguntar a las personas que redactan, aprueban o apoyan estas iniciativas en el ámbito de la política como el de la iniciativa privada y aún entre personalidades de la cultura y la academia, nos daríamos cuenta de que cada uno tiene su propia versión o definición de lo que debería ser el desarrollo sostenible. Entre la gente de la calle el resultado no sería muy diferente en caso de que conocieran el término. Pero después de tanto tiempo, cabe preguntarse porque a pesar de la difusión que tiene el concepto del "desarrollo sostenible", su aplicación en nuestra realidad local y nacional es nula.


O la gente común y corriente no entiende el concepto y mucho menos la forma de aplicarlo o el concepto en sí, es difícil de digerir. Confieso que durante años he creído entender lo que significa y su aplicación me parece más que obvia tanto en la economía como en todos los aspectos del desarrollo de nuestra ciudad y nuestro país. Sin embargo, me resulta difícil creer que la mayoría de la gente está equivocada y que yo soy el único capaz de comprender estas ideas.


Reflexionando acerca de esto último, y revisando nuevamente la definición, me encuentro con que el término es algo vago, contradictorio y un poco tramposo. Es tan abierto que puede describir cualquier forma de desarrollo mientras este signifique progreso. Alguna vez, platicando con un miembro de un consejo de desarrollo de la ciudad me decía que el desarrollo sostenible era aquel que se podía mantener indefinidamente a base de inversiones y producción y que obviamente el modelo a seguir era el de los países del primer mundo con Estados Unidos a la cabeza. Me pregunto si "desarrollo sostenido" y "desarrollo sostenible" son sinónimos. No creo. Pero mi interlocutor pensaba que si, y así como él, muchos tomadores de decisiones y gente que tiene en sus manos el destino de nuestra economía y nuestro bienestar como sociedad.


Pensando como poder explicar este concepto en términos sencillos se me ocurre que se puede encontrar un símil en la economía personal de cada uno de nosotros.


…."poder satisfacer nuestras necesidades actuales sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer las suyas." suena como a ….."no gastar ni endeudarnos más allá de nuestros ingresos satisfaciendo todas nuestras necesidades y expectativas y a la vez dejarles un patrimonio decoroso a nuestros hijos y nietos." ¿Cuantos de nosotros en la actualidad podemos hacer esto?


¿Podemos dejar de aspirar a tener más comodidades, dinero, propiedades, viajes, lujos, o simplemente tranquilidad económica?


¿Cómo podemos mejorar nuestro nivel de vida si no es a través de mayores ingresos y mayor consumo?


Si es muy difícil para la mayoría de las personas alcanzar un nivel de vida decoroso sin endeudarse ni comprometer su patrimonio, a nivel de ciudades y países, esto es prácticamente imposible. En esta economía competitiva y global, ¿cuantos países pueden optar por una vía que no sea la del crecimiento a cualquier precio?. ¿Cuántas compañías y empresas de todos tamaños pueden dejar de aspirar a crecer? ¿Cómo se puede satisfacer la creciente demanda de materias y bienes sin echar mano de todos los recursos naturales a disposición aún a riesgo de agotarlos? El nivel de vida ideal que representa para nosotros el de los habitantes del "primer mundo" se consigue a base de producir consumiendo de forma acelerada los recursos naturales no solo de esos países sino también los del "tercer mundo". La "huella ecológica"* de los países desarrollados alcanza ya todos los territorios de nuestro planeta.


Podemos hablar todo lo que queramos sobre desarrollo sostenible pero la realidad es que no queremos o no podemos abandonar nuestro viejo paradigma de desarrollo sostenido.


*Según la Wikipedia; La huella ecológica es un indicador agregado definido como «el área de territorio ecológicamente productivo (cultivos, pastos, bosques o ecosistemas acuáticos) necesaria para producir los recursos utilizados y para asimilar los residuos producidos por una población dada con un modo de vida específico de forma indefinida». Su objetivo fundamental consiste en evaluar el impacto sobre el planeta de un determinado modo o forma de vida y, comparado con la bio-capacidad del planeta. Consecuentemente es un indicador clave para la sostenibilidad.


Imagen: Arco de la Defensa, Paris, Francia

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