Un poco de prospectiva arquitectónica a propósito del nuevo "Tianguis" en el Centro Histórico…….
El año pasado, un amigo me mostró el dibujo en CAD en planta, del proyecto de los "Andadores Comerciales" para las calles Cepeda y Valdez Carrillo. Desde ese momento supe que todo ese esfuerzo iba encaminado al fracaso. El primer error fue el no llamar a las cosas por su nombre. Una agrupación tal de tabaretes en un espacio insuficiente no insinuaba otra cosa que un mercado. El problema de esto era que al no admitirlo, se corría el riesgo de resolverlo con muchas carencias de programa para que funcionara correctamente como tal.
Un mercado necesita aéreas de carga y descarga de mercancías, aéreas de almacenaje, de manejo y disposición de residuos, obviamente requiere de estacionamiento, tanto para el público como para los propios locatarios. Requiere aéreas de teléfonos públicos, oficinas de la administración y servicios sanitarios apropiados. Y para este clima, sobre todo necesita protección, en especial en relación al asoleamiento intenso en los meses de verano.
Comentando al respecto con otras personas, mencionaba que lo más probable sería que el proyecto no se quedaría como en los escasos renders disponibles se daba a entender. Esos módulos tan relucientes en acero inoxidable y tan bien alineados e igualitos no aguantarían el contacto con sus "informales" inquilinos y pronto sufrirían transformaciones. Mencionaba en aquel entonces que veríamos como al cabo del tiempo a estos "modulos" les empezarían a brotar apéndices con mercancía colgada y se empezarían a fusionar unos con otros llenando todo el espacio disponible para tan solo dejar angostos corredores para la circulación de los clientes. Que las brillantes y relucientes superficies de acero pronto serian cubiertas con pintura de muy diversos colores, propaganda y hasta grafiti. Sabía que los nuevos locatarios no se conformarían con los escasos 2 o 3 metros cuadrados que les habían asignado y teniendo alrededor tanto espacio libre no lo iban a desaprovechar. Así mismo, la extraña superestructura central y las "arañas" que se desprenden de ella portando diminutos girones de tela o malla sombra, no servirían para dotar de sombra al conjunto y tarde o temprano los propios usuarios harían algo al respecto.
Más temprano que tarde, el tiempo me dio la razón. Todo lo que pensaba que pasaría, pasó. Inclusive el colapso del sistema de drenaje y alcantarillado en el área porque al no considerarlos como mercados, no se previó un adecuado sistema de disposición de residuos y grasas, los cuales terminaron por azolvar las tuberías provocando afloramientos de aguas negras justo enfrente del Museo Arocena, como para vengarse de la negativa de este a la ubicación de mas tabaretes afuera del mismo.
A estas alturas me gustaría hacer un poco de prospectiva e imaginarme como serán estos mercados en el futuro porque difícilmente desaparecerán de ahí y bien al contrario, se irán consolidando cada vez más. Creo que seguirán una historia parecida a la del cercano Mercado Alianza. Invadirán cada metro cuadrado disponible de los alrededores con construcciones que en sus inicios serán de estructura metálica para luego sustituirlas por construcciones macizas de block de concreto y en algunos casos con losas del mismo material. En cuanto a las construcciones perimetrales que, de entrada ya están condenadas a convertirse por la tremenda minusvalía que se les ha impuesto, en locales accesorios al mercado que servirán en el mejor de los casos como bodegas. Y lo más probable es que con el paso del tiempo se irán deteriorando ya que será incosteable el mantenimiento en relación a su beneficio comercial.
En el futuro, tal vez mediato, espero, veremos cómo se instalan poco a poco algunas estructuras que buscaran cubrir grandes extensiones del los mercados, ya que en ese entonces ni el municipio ni los locatarios estarán dispuestos a cubrir los costos de reponer año con año las precarias cubiertas de malla sombra que requerirán remplazo constante. Si no existe una gran oposición de la ciudadanía, veremos como al final, grandes cubiertas de estructura metálica y lamina cubrirán por completo y de acera a acera los tabaretes y así, veremos como unos espacios que iniciaron siendo exteriores y en teoría "públicos" terminan como espacios interiores y con pleno dominio de la o las asociaciones de locatarios o algún partido político que tendrá a bien ejercer el control.
Lamentablemente el futuro del área más emblemática de nuestro Centro Histórico o lo que queda de él, será, según creo, muy similar a lo que acabo de describir. Lo que me queda, y teniendo una visión más o menos "pragmática" es hacer una sugerencia. Cuando llegue ese momento y el espacio público se convierta definitivamente en privado, me gustaría proponer que se diseñen unas fachadas a manera de tapas para los extremos de cada mercado. De esta manera, por lo menos los mercados se podrán integrar a los edificios contiguos como uno más y tal vez, de esta manera, se hará algo por mejorar la prácticamente inexistente buena imagen urbana. Como ejemplo de esta idea, les muestro la fachada, entre edificios, del tradicional Mercado de la Boqueria en Barcelona, España.
Ahora si, como dicen muchos paisanos………Pobre Torreón!