martes, 4 de agosto de 2009

Hacia una Mini-Teoría del Urbanismo en la Comarca Lagunera

El Diagnostico:

Como empezar, por donde? Que es lo más importante, que es lo urgente? Que conviene?

Parece que navegamos sin rumbo hacia un desarrollo urbano caótico y destructivo. Estamos depredando y acabando con los escasos recursos a nuestro alrededor. Aparentemente nadie tiene una idea convincente que aglutine voluntades, nadie toma el liderazgo de una manera seria…..nadie tiene la solución a nuestros problemas.

Mientras tanto nos acercamos a pasos acelerados a la inviabilidad de la metrópoli por falta de agua y ningún proyecto serio o realmente drástico es tomado en cuenta. No reciclamos el agua, la desperdiciamos en un sistema de tuberías caduco e ineficiente, la usamos de manera por demás contradictorias como en nuestros despilfarradores sistemas de enfriamiento evaporatívo. Nadie sabe o lo callan sobre el estado de los niveles en los mantos acuíferos y para cuánto tiempo van a alcanzar. No hay ninguna campaña de racionamiento o incentivos para el mejor uso del recurso hídrico.

La masa vegetal de nuestras ciudades disminuye año con año por efecto de la tala indiscriminada de árboles en todos los rincones. Asombra que el principal depredador son las autoridades municipales que en lugar de vigilar por su conservación los arrasan por cualquier pretexto. Mientras tanto el clima de la región cada vez se deteriora y las temperaturas anuales suben año con año.

Nuestros Centros Históricos en el más completo abandono, y me refiero en el caso de Torreón, a todo el centro y no al área que escogió el municipio para destinarle todos los recursos con devastadores resultados. Y ni hablar del centro urbano, de la Colon hacia el oriente.

Afortunadamente estamos en el desierto donde las cosas se deterioran más lentamente y por efectos de la alta radiación del sol empiezan por decolorarse. Porque en realidad creo que nuestra metrópoli ya se está decolorando. Ya no hay mantenimiento y lo que si hay es abandono. Las calles lucen deslucidas, las pocas áreas verdes están en situación precaria o de plano sin vida y en el futuro inmediato no se vislumbra ningún cambio.

En el inicio del segundo milenio y cuando en muchas partes del mundo se habla de economía global, cambio climático y desarrollo sustentable, aquí vagamos en el desierto, como nómadas sin rumbo y con muy pocas esperanzas.

Ya es momento de reflexionar acerca de nuestra situación. Ya basta de esfuerzos inconexos y estériles, ya basta de planes de corto plazo y pobres resultados, ya tenemos suficiente de proyectos mediocres y a la larga destructivos. Solo miramos el árbol frente a nosotros y no el gran bosque de posibilidades que existe más allá.

Época de crisis es época de oportunidades.

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