sábado, 3 de marzo de 2012

El paraíso perdido.


El título alude a un poema narrativo escrito en 1667 por el inglés John Milton el cual trata acerca del problema del mal y del sufrimiento y las razones por las cuales Dios, siendo bueno y misericordioso permite que el hombre los padezca. En esta obra, el Infierno es descrito como un lugar en donde sus habitantes vagan en un estado de permanente insatisfacción y desesperación. Esto último tiene extrañas resonancias con la realidad que se vive en varias ciudades del Norte de la Republica Mexicana.

Hablando en concreto de la Comarca Lagunera y en específico de su Zona Metropolitana, tal parece que hemos quedado fuera de la gracia del Todopoderoso y las calamidades se han ensañado con esta en otro tiempo, prospera y tranquila región. En muy poco tiempo hemos perdido nuestro "Paraíso" y no vemos la manera de recuperarlo.

Tratando de encontrar en el horizonte alguna luz que nos guie en el camino de la recuperación, surge el "Plan de Desarrollo Metropolitano" como la solución que los Gobiernos Estatales y Municipales de Coahuila y Durango promueven para conjuntar los esfuerzos de todos los sectores de la sociedad y alcanzar el bienestar.

Aunque el referido Plan aun no está terminado, se han presentado avances que permiten obtener una idea de la problemática que están analizando y las posibles soluciones a la misma.

Lo que me queda claro después de conocer estos avances es que la metodología de la planeación urbana actual está lejos de obtener una panorámica de la realidad cotidiana local si basa sus deducciones en cifras y estadísticas sin tomar en cuenta cuestiones tan evidentes como que la inseguridad y la bancarrota cancelan de antemano las proyecciones y escenarios a futuro previstos derivados de análisis fríos y ejecutados a distancia.

De nada sirve proponer proyectos que en otros contextos pudieran parecer deseables y viables como una AEROTECNOPOLIS (lo que eso quiera decir) o el CLUSTER MEDICO o más aun el de un CENTRO DE INNOVACION TECNOLOGICA si no van acompañados de una estrategia clara para detener y nivelar la caída en los indicadores de la economía, empleo, seguridad, inversión y Calidad de Vida. Antes de pensar en visiones grandiosas e inalcanzables tenemos que situarnos en nuestra realidad cotidiana y reconocer que en los últimos 5 años nuestra Metrópoli a retrocedido en su desarrollo a niveles que tardaran muchos años en recuperarse.

Colectivamente estamos viviendo un trauma sordo caracterizado por la desconfianza, el temor, la incertidumbre y el desanimo. Se ha perdido gran parte de la cohesión social. La debacle económica ha alcanzado a todos los estratos de la sociedad y ha golpeado en especial a sectores enteros ligados con el desarrollo económico como el de la construcción afectando por igual tanto a arquitectos y constructores como a obreros y comerciantes.

Padecemos el éxodo de importantes segmentos de la población, algunos con gran capacidad económica y que están cambiando su residencia y con ella sus inversiones y negocios. Existe un desanimo creciente entre la juventud por la falta de oportunidades y expectativas de desarrollo y una desesperación por emigrar a otras ciudades debido a las limitantes a su libertad impuestas por la inseguridad.

El cierre de negocios de todo tipo, tiendas, restaurantes, lugares de entretenimiento, oficinas, empresas, etc. ya por caída en ventas o por la delincuencia refleja un panorama muy poco atractivo a la inversión. Todo esto aunado a reportes colocando a Torreón y la Zona Metropolitana en el número 17 del ranking de las "Ciudades mas Peligrosas del Mundo" según el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal solo exponen una cruda verdad: comparado con nuestra realidad actual cualquier periodo anterior al 2007 puede considerarse un paraíso.

La "Calidad de Vida" es un concepto que depende mucho de la percepción que tiene el individuo de su entorno. Esta percepción se construye durante varios años y se puede destruir en el lapso de pocos meses. Conceptos como tranquilidad, seguridad, convivencia, orgullo regional, confianza en el futuro, competitividad han sido substituidos por inseguridad, falta de garantías, corrupción, economía en quiebra, deterioro urbano, pérdida de valores, etc. cualquier instrumento de planeación que se utilice va a ser letra muerta si no reconoce esta realidad. No se puede avanzar hacia el desarrollo si no regresamos primero a los niveles de Calidad de Vida que teníamos antes de este periodo obscuro. Aceptar este hecho es encaminarnos en la dirección correcta. Primero tenemos que volver a la "normalidad" y salir de este periodo anormal. Es un requisito mínimo de congruencia para sentar las bases del desarrollo.

Lebbeus Woods, importante Arquitecto, teórico e investigador norteamericano, escribió en 1993 un libro titulado "Pamphlet Architecture 15: War and Architecture" a propósito de la guerra que en ese entonces se libraba en la antigua Yugoslavia. En él, establece tres Principios para encarar la reconstrucción una vez que la guerra termine. Toda proporción guardada, estos "Principios" se pueden aplicar perfectamente a nuestra realidad. En el Primer Principio: "Restaurar todo lo que se ha perdido a su condición previa antes de la guerra", la idea es restaurar la "normalidad", donde lo normal es la manera de sobrellevar la pérdida como resultado de la guerra. La idea considera quela guerra es solo una interrupción al flujo corriente de la normalidad. El segundo Principio, más radical dice "Demoler lo dañado y destruido y construir algo enteramente nuevo". Este principio refleja el deseo de la mayoría de los habitantes de "regresar a la normalidad" y olvidar el trauma sufrido como resultado de la violencia y la destrucción. El autor aquí establece que de hecho la normalidad anterior nunca podrá ser recuperada y deberá ser substituida por otra nueva realidad. En el tercer y último principio, Woods establece que "La ciudad de la postguerra deberá crearse a partir de la anterior" esto es que tendrán prioridad el rescate y reutilización de los edificios ya construidos previamente como inicio de la recuperación en una economía devastada. Esto incluye edificios emblemáticos que ayudaran a preservar y reforzar la memoria cultural y la identidad como sociedad.

Como recuperar nuestro "Paraíso Perdido"? Como volver a ser normales, confiados, abiertos y libres? Los que aun permanecemos aquí tenemos la palabra. Las soluciones unilaterales impuestas desde arriba ya no aplican. Se requieren ideas creativas y la participación de todos.

Foto: Saint Paul Chapel and Graveyard, New York.

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